Y quiero hablarte pero prefiero que me cuentes que viste
cuando te ibas de vuelta al bosque, pequeño pajarillo,
parte del orden divino que se muestra interesante,
y no como el ambiente estresante que recubre los días,
sin sabor que corren dejándole atrás, sin fuerzas,
sentado en el mismo escalón donde me dejaste,
cuando te fuiste antes de haber llegado.
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