El veneno de mis sangres,
las venas y mis cables,
los calambres, adormecimos sobre alambre de espino,
olvidándonos del tiempo y el camino
concentrándonos en la masificación de suspiros
en el pecho escondidos
entre la evidente ansiedad que me provoca
la repetición de besos en bocas distintas,
y las piernas, cuando caminas,
cuando deseo más las que no poseo
que entre las que duermo y pierdo la vida.
Ojalá fuese lo suficientemente válido
para valorarte, para hablarte que pienso,
que siento como humano
y no cantarle a mi corazón mecánico
el abrazo del vampiro y el parásito,
es el clásico indeciso,
que lanza la caricia y esconde la mano,
es el clásico cobarde,
que se abalanza al abrazo
y se deshace en el aire.
El abismo que se abre
ante tos ojos, al alcance
de tus brazos junto al hambre
que te engulle y que me deja restos entre los dientes,
del alimento de la suerte que corren las caricias
cuando caen bajo el poder de mi avaricia,
y vicia el aire cuando la masacre se hace licita
y el veneno sigue constante en el corazón,
palpitante, radiante, podrido.
sábado, febrero 20, 2010
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1 comentario:
"Ojalá fuese lo suficientemente válido para valorarte, para hablarte que pienso, que siento como humano"
Brutal ehhh?? Que pureza... es como un duelo constante con el yo, como si aun no supieramos porque estamos aqui, a donde vamos, o a quien amamos... buscate una respuesta hermano, aunque sea falsa, asi viviremos como humanos, si es que eso es algo que se pueda hacer...
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