Palabra de largo alcance, dañante y tenaza, los besos con alicates, la esperanza tragada a cucharadas, cuchillas atragantadas en la garganta, la palabra, el fallo, el vocablo equívoco, estimulo del vinculo perdido y olvido del cumplido por necesidad a recibirlo, complico el espacio y permito el error garrafal en mi ombligo, castigo cogido con pinzas que estiran la piel.
La palabra, La piel, el camino, el filo del fino hilo cortante de la fibra mas dulce que se enlaza a mi cuello con el bello cariño del roce de dedos, los rezos de amor, el tumor, el corazón, la sinrazón.
la palabra, la sinrazón, el estimulo al vacío, la atracción al infinito agujero del olvido, persisto, camino sobre la piel, sin razón, sin noción del tiempo y el espacio, sin vista, sin corazón, sin tacto, sin voluntad, sin palabra.
miércoles, febrero 24, 2010
lunes, febrero 22, 2010
sábado, febrero 20, 2010
Abismal corazón veneno.
El veneno de mis sangres,
las venas y mis cables,
los calambres, adormecimos sobre alambre de espino,
olvidándonos del tiempo y el camino
concentrándonos en la masificación de suspiros
en el pecho escondidos
entre la evidente ansiedad que me provoca
la repetición de besos en bocas distintas,
y las piernas, cuando caminas,
cuando deseo más las que no poseo
que entre las que duermo y pierdo la vida.
Ojalá fuese lo suficientemente válido
para valorarte, para hablarte que pienso,
que siento como humano
y no cantarle a mi corazón mecánico
el abrazo del vampiro y el parásito,
es el clásico indeciso,
que lanza la caricia y esconde la mano,
es el clásico cobarde,
que se abalanza al abrazo
y se deshace en el aire.
El abismo que se abre
ante tos ojos, al alcance
de tus brazos junto al hambre
que te engulle y que me deja restos entre los dientes,
del alimento de la suerte que corren las caricias
cuando caen bajo el poder de mi avaricia,
y vicia el aire cuando la masacre se hace licita
y el veneno sigue constante en el corazón,
palpitante, radiante, podrido.
las venas y mis cables,
los calambres, adormecimos sobre alambre de espino,
olvidándonos del tiempo y el camino
concentrándonos en la masificación de suspiros
en el pecho escondidos
entre la evidente ansiedad que me provoca
la repetición de besos en bocas distintas,
y las piernas, cuando caminas,
cuando deseo más las que no poseo
que entre las que duermo y pierdo la vida.
Ojalá fuese lo suficientemente válido
para valorarte, para hablarte que pienso,
que siento como humano
y no cantarle a mi corazón mecánico
el abrazo del vampiro y el parásito,
es el clásico indeciso,
que lanza la caricia y esconde la mano,
es el clásico cobarde,
que se abalanza al abrazo
y se deshace en el aire.
El abismo que se abre
ante tos ojos, al alcance
de tus brazos junto al hambre
que te engulle y que me deja restos entre los dientes,
del alimento de la suerte que corren las caricias
cuando caen bajo el poder de mi avaricia,
y vicia el aire cuando la masacre se hace licita
y el veneno sigue constante en el corazón,
palpitante, radiante, podrido.
martes, febrero 02, 2010
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